He elegido estas palabras de Jiddu Krishnamurti (1) para iniciar esta aventura. Puesto que las élites políticas, económicas, intelectuales y religiosas del mundo normalizan los comportamientos más atroces de la historia, en comparación con los máximos niveles de avance tecnológico alcanzados por el hombre, el individuo occidental con acceso a la información y con capacidad para difundirla utilizando el sentido común tiene el deber moral y la obligación pública de exponer todo aquel pensamiento que nos permita mejorar como comunidad.
Por tanto, pasamos del "PROYECTO DE NADA" a la publicación de estos artículos de opinión con un objetivo: plasmar las bases de un nuevo y mejor sistema de convivencia social que haga sostenible en el tiempo el concepto de "ESTADO DE BIENESTAR" en todas aquellas comunidades que quieren desterrar la tiranía mundial camuflada de democracia participativa en los países conocidos como occidentales (EUROLANDIA, USA, CANADA y OCEANIA) y de sinarquía (2) en el resto.
Es la hora del hombre y de su verdadera obra en la tierra: el avance tecnológico. Es hora de realidades. Tenemos que olvidar mitos y místicos impuestos durante mas de 2.000 años. Es tiempo para aplicar la divisa "IGUALDAD, LIBERTAD Y FRATERNIDAD". Y por encima de todo de RESPONSABILIDAD. El mayor delito que un hombre comete es el que afecta a las futuras generaciones. No es necesariamente el asesinato individual. Ni el genocidio. Son los crímenes contra las condiciones futuras que permiten la mejora, el desarrollo y, por ende, el bienestar. El rechazo al genocidio nazi creó una conciencia global pacífica principalmente en Europa, escenario principal de guerras durante siglos. Sin embargo, los efectos de la crisis económica actual por la mala gestión intencionada de lo público acarrearán dolor y sufrimiento a los individuos de la sociedades europeas sin necesidad de campos de concentración ni bombardeos indiscriminados.
Y es la ingeniería social la que debe dar respuesta a los problemas actuales, no como una solución temporal sino como estructura coherente y vertebradora de la sociedad actual: son los criterios científicos y tecnológicos los que nos permiten avanzar como especie. También los que nos harán desaparecer sino corregimos su utilización perversa a tiempo.
"Hoy en día hay que pensar como un héroe para que al menos puedas comportarte como un ser humano decente" (3). Y debemos considerar como enemigos a todos aquellos que no compartan este pensamiento. Todo aquel que no esté dispuesto a mejorar los niveles de convivencia, felicidad y bienestar de su comunidad. Tenemos la obligación moral de traicionar a nuestros países porque "todas las víctimas son iguales, y nadie es más igual que otro" (4)
(3) y (4) "La casa Rusia" (1989) de John Le Carré
